sábado, 12 de agosto de 2023

Mi problema con MMPPP

Hola. Ya sé que apenas actualizo el blog y que hace mucho que no subo vídeo a mi canal (y eso sin contar mi instagram), pero tiene una explicación.

Empezaré por el principio. Lo he dicho muchas veces por aquí y en general, pero Pichi Pichi Pitch fue lo que me ayudó a sobrevivir en mi época del instituto. Sufrí bullying y lo pasaba muy mal cada vez que tenía que ir a clase, pero no voy a aburriros con los detalles. En 2011, justo el año que entraba al instituto, Disney Channel decidió rescatar Pichi Pichi Pitch y emitir la primera temporada. A mí me hizo mucha ilusión porque era de mis series preferidas, corría todos los días para no perderme el capítulo (aunque uno sí me perdí, el 13, justo el que vi por You Tuve poco después porque no paraban de mencionarlo y me quedé pensando que era horrible y nada tenía que ver con el resto). Acabó la primera temporada y yo sabía que había más, así que lo busqué y me vi Pure por You Tube. Todo esto junto a mi hermana, que se me ha olvidado mencionarla.

A la vez de todo esto yo estaba en 1º ESO y lo estaba pasando fatal. El cambio del colegio al instituto fue demasiado fuerte para mí y se le unió la pérdida y/o traición de amigas y amigos. Así que lo único que me animaba cada día era ver un capítulo de Pichi Pichi Pitch que me estaba encantando, me parecía mucho mejor que cuando lo había visto en Clan. Y a eso me aferré.

Tengo muchos recuerdos de esa época, ya hace más de 10 años. Algunos son buenos, como cuando abrí el blog, mi instagram, buscaba cosas de la serie en internet, seguía otros blogs y conocí a gente que también lo amaba. Me hicieron sentir algo menos sola, sentir que pertenecía a un sitio y podía hablar con personas que pensaban como yo. Ya ni os cuento cuando comencé a crear contenido yo y me venía gente a decir que les gustaba lo que subía. En mi vida real era invisible (y cuando no lo era, era por algo malo), pero en internet era relevante, cuando llamaba la atención era por algo bueno.

Sin embargo, también tengo recuerdos agridulces. Recuerdo un día de estar feliz viendo un capítulo con mi hermana y que "mi amiga" viniera a buscarme a casa para salir. Yo no quería, porque no me gustaba eso de que estuviera fumando y liándose con el chico de turno para reírse de mí entretanto. Pero tuve que dejar el capítulo a medias con pena y salir, con mi madre animándome porque no salía mucho de casa. Recuerdo otro, una mañana de invierno en que mi madre tenía que bajarme al instituto en coche porque meses atrás había visto a esa misma "amiga" huir de mí cuando había ido a casa de otra "amiga" para bajar juntas como siempre. Esa mañana mi cerebro estaba utilizando el mecanismo de defensa de que se me pegara una parte de una canción, porque estaba triste y no quería pasar para nada 6 horas en el infierno. Era el estribillo de Sinfonía maternal, creo que desde ese momento me creó un sentimiento de nostalgia que me viene cada vez que la escucho o canto.

Recuerdo que me pasaba las clases, los 5 minutos, y las horas libres dibujando en mi cuaderno o agenda. Algunos eran abstractos, sin sentido, y otros eran de Pichi Pichi Pitch. De los más grandes y trabajados que recuerdo, uno era una Luchia con la cabeza grande en toda la parte de atrás del libro, otro era de Hanon y Nagisa sentados en un acantilado mirando las estrellas felices. También en una ocasión tuve que dibujar un cuerpo humano para el aparato circulatorio y de ahí saqué a Luchia. Recuerdo que me apunté cómo se leía toda la canción de Leyenda de sirena em japonés en mi agenda y me la fui memorizando en clase, una forma de mantener la mente y la atención ocupada en otra cosa. A día de hoy me la sigo sabiendo completa en japonés por eso. La mayoría de las entradas que luego publicaba las pensaba ahí también.

En esa época fue también cuando cogí el gusto a crear historias, sobre todo de Pichi Pichi Pitch. Primero con mi hermana, luego me quedé sola. Ocupaba la mente en clase y en los recreos imaginándome historias de MMPPP en mi cabeza, sobre algún personaje, lo que hubiera pasado si cambiaba algo, más escenas de las parejas, de su futuro o pasado... De ahí salió por ejemplo Return, muchas escenas de los capítulos las pensaba en clase o mientras estudiaba. Pero no solo se quedó ahí, ya he contado antes que tengo una versión, una continuación alternativa, que hacía con mi hermana de las princesas sirenas más estilo serie sitcom (o como se diga), capítulos de género cómico donde apenas avanzaba la trama y se centraba mucho más en cómo era vivir 7 adolescentes y una niña solas en una casa pequeña en el mundo humano, cada una con sus problemas amorosos y de vida, peleándose entre ellas e intentar esconder su identidad a la vez que tenía que luchar contra los malos. (Algún día haré una entrada explicando al detalle todo, que además tiene varias temporadas y muchos giros de guion, algunos muy extraños).

Además de Return y esa alternativa que tenía con mi hermana, yo sola creé otra versión a partir de esa última, mucho más madura y oscura (estaba en una mala época, así que me encantaba crear historias tristes donde hacer sufrir a mis personajes. Sara se llevó la peor parte por ser mi preferida). Y he estado hasta hace prácticamente poco con ello. Nadie puede saber lo que hay dentro de mi mente, nadie puede juzgarme por "hacer algo raro y poco adecuado a mi edad", ahí tengo total libertad aunque sea ocultándome. Pasé del crear escenas estando aburrida, esperando, sin hacer nada, durmiendo, en clase, estudiando... A hacerlo la mayor parte del tiempo, ahora mi mente tiene barra libre para crearlas casi de forma inconsciente en cualquier momento. No sé muy bien como explicarlo, pero he dejado de tener el control pleno y no me importa, me gusta las escenas que crea mi mente en mi cabeza, me hacen sentir muchas cosas y no me influye negativamente en mi vida normal, así que no voy a poner límites. Me sirve también para mis novelas originales donde son los personajes los que se mueven solos.

Cada vez que veía algo que me inspiraba, como una escena de una película o un libro, buscaba la forma de pasarlo a Pichi Pichi Pitch y de ahí podía salir toda una gran historia muy buena. Empecé a escribirlas cuando tuve que ocultarme, por miedo a olvidarlas y pensando que algún día podía recurrir a ellas para escribir novelas cambiando los personajes. Pero son muchísimas y tan solo pude desarrollar unas, el resto se quedaron indicadas y unas pocas en el olvido. Dejé de escribirlo porque no tenía ánimos, menos para pensar en Pichi Pichi Pitch y la época en que podía crearlas aguantando solo unos pocos comentarios. Si dejé de crear historias de MMPPP fue también por eso y porque ahora tengo una nueva cosa que le ha sustituido.

Desde fuera podía verse como una obsesión, mi hermana y mi madre lo veían así y empezaron a decir que era muy pesada con Pichi Pichi Pitch. Mi hermana, que había visto la serie conmigo y que era la única con la que podía hablar de eso, contar chistes, referencias o cualquier cosa relacionada, se acabó bajando del barco, me empezó a poner mala cara, decir que era muy pesada con eso, que ella ya había pasado página y al final tuve que acabar callándome. Solo me quedó internet y a día de hoy todavía voy con miedo cuando muy de vez en cuando le quiero contar algo de eso, vigilando que mi madre no me escuche, por si me pone mala cara o me vuelve a decir que estoy muy obsesionada (esa misma que en su adolescencia tuvo toda una gran etapa de Grease (mi nombre real es la prueba) y que cuando un día se lo comenté comparándolo me dijo que a ella solo la gustaba, que lo mío era obsesión (perdona, pero yo al menos no tengo transcrito a mano todo el guion de la obra)).

Mi adolescencia fue eso, en mi vida real me tocó sobrevivir y en internet podía ser yo misma y desarrollarme. Era una niña diferente obligada a ser "una adolescente normal". Eso me provocó que durante los primeros años me negara a mí misma, escondía cualquier cosa de anime o MMPPP en mi móvil e intentaba, no muy bien, tenerlo "normal". Hasta que cambié de móvil y se me unió a mi cuenta de google, donde se me pasaron las imágenes de MMPPP que tenía ahí al teléfono. Al principio sufrí porque no sabía cómo quitarlas y tenía que hacerlo, porque se reirían de mí por tener "dibujitos" siendo ya adolescente, porque tenía que ser como el resto, porque tan obsesionada estaba que hasta las tenía ahí. Al final me rendí, las dejé y poco a poco fui añadiendo más que encontraba en internet o instagram. Fue el primer paso para dejar de negarme, aunque en mi vida real lo seguía ocultando porque seguían insistiendo en que era una obsesión.

Recuerdo a una prima mía, mucho mayor que yo, un día decirme que por qué me gustaban las "pichis esas" que nadie conoce y no me gustan más las "monsters" como a mi hermana que hay en todos lados. Esa fue también la época en que empezaba con el anime y a llamarme más la atención Japón, así que sobre decir que me comí muchos comentarios racistas por parte de mi familia por eso. Una vez que me aburría estaba dibujando a las princesas en un trozo de papel y me lo cogieron. Se dieron cuenta de que era "los dibujos esos japoneses" y se rieron que por qué los japoneses dibujaban con ojos tan grandes si ellos los tenían pequeños. Soltaron entre risas el refrán ese de "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces", o como sea. Ya os podéis imaginar que mi familia tampoco era un lugar seguro para desarrollar mis gustos (y luego yo le echo toda la culpa al instituto de mi ansiedad social).

Pero no todos los recuerdos relacionados con Pichi Pichi Pitch son malos, hay muy poquitos que son buenos. Por ejemplo, recuerdo un año que mi madre quiso que nos disfrazáramos juntas de "esas sirenas que te gustan". A ella se le da muy bien coser y le gustaba hacernos los disfraces cuando éramos pequeñas, así que ese año lo volvió a hacer. Entre ella y yo pensamos cómo hacer la cola, las conchas y la fui diciendo los detalles que tenían. Mi hermana fue de Luchia, mi madre de Sara (cosplay que me he quedado yo porque ahora me vale) y yo de Hanon (un poco apretado, pero todavía puedo entrar en él). Yo iba muy feliz de sirena, de Hanon. Aunque un día al pasar por delante de un niño nos señaló diciendo que éramos payasos, mi madre comentó que había sido porque íbamos de colores, pero a mí me sentó un poco mal. (Pondría foto para que lo vierais, pero no tengo su permiso y no lo voy a pedir porque no quiero que sepan de esta entrada).

Recuerdo que cuando viajábamos en coche a mi hermana siempre le decían que podía poner las canciones de Violeta (estaba en esa época) y a mí nada sabiendo que "las pichis esas" eran sirenas que tenían muchas canciones. A mí me tocaba aguantar las canciones de Violeta que no me gustaban nada en los viajes. Hasta que un día me dijo mi madre que pusiera mis canciones y con un poco de miedo al principio conecté mi móvil donde las tenía todas. Era de noche y yo iba muy feliz cantándolas hasta que me cansé y dejé que sonaran solas. Pero mi madre, cuando no llevaban ni una hora puestas, me dijo que las quitara, que le estaban cansando. Las quité aguantándome las ganas de llorar y pensando que por qué estas le cansaban y las de mi hermana, que también eran en español y estilo parecido, no. Obviamente fue la primera y única que vez que las puse en el coche. Todavía a día de hoy yo no pongo nunca las canciones que me gustan (ya no las de mmppp) en el coche, las pocas veces que me lo dicen doy cualquier excusa. Y tampoco las pongo en voz alta si hay alguien en casa que me pueda oír. (Esto también se entiende porque cuando tuve mi época de escuchar openings de anime me decían que escuchaba cosas raras, porque era en japonés. Y a mí me molestaba que en inglés era "lo normal" y en japonés "lo raro", porque ellos bien que tampoco entienden lo que escuchan en inglés para venir a recriminarme lo mismo con el japonés. Ahora escucho japonés y coreano y "es raro", pero escucho español, inglés, francés o italiano y "es normal".)

Otro de los muy pocos recuerdos buenos que tengo es que mi hermana, que le encantaba hacer manualidades, me regalaban muchas cosas de Pichi Pichi Pitch que me hacía. Y mí me encantaba porque tenía cosas de MMPPP. Me hizo un montón: marcapáginas, portalápices, portamóviles, dibujos, llaveros, carpetas, estuches, libretas, calendarios... Y esto lo escribo mientras miro en mi habitación, porque todavía tengo algunas de las cosas expuestas aquí. Muchas de ellas las he ido mostrando en mi blog.

Recuerdo ver el capítulo 31 Pure, en el que Hanon y Nagisa se besan, con mi hermana y ella riéndose porque se besaban y yo muerta de la vergüenza. Recuerdo cómo pasábamos el inicio, donde Luchia en su habitación por la noche hablaba de que rescataría a Seira después de ver su sombra. Nos sabíamos el diálogo de memoria y nos parecía muy pesada que lo dijera en cada capítulo. Recuerdo cómo odiábamos a Mikaru y gritábamos a Kaito por idiota. Recuerdo ver la serie en el ordenador que teníamos en la buhardilla sentadas en cualquier cosa, en el ordenador del despacho peleándonos por tener la silla buena, en el ordenador del salón o en alguno de nuestros mini portátiles apoyados en la mesa baja del salón. En ese último vimos el último capítulo, seguido del anterior porque necesitábamos acabarlo ya, pero a al vez yo sentía pena por acabarlo. De aquí nos salió la tradición de cada domingo merendar juntas en el salón viendo anime, algún otro de nuestra infancia que recordábamos como Pretty cure.

No solo eso, Pichi Pichi Pitch también nos hizo buscar vídeos de sirenas, así que esos de "sirenas real captada en cámara" me los sé todos de memoria. Y a mí también me hizo buscar más animes de sirenas, mangas de sirenas y libros de sirenas.

Resumiendo, que Pichi Pichi Pitch estuvo muy presente en mi adolescencia, esa época tan importante, y fue a lo que me agarré para sobrevivir. Pensaba que una vez acabara el instituto todo iría a mejor, pero no fue así y tuve que seguir agarrándome a ella. Pero poco a poco empezó a aparecer sentimientos extraños. En cuanto a mi salud mental, estaba empeorando, pasaba muchos más días hundida en la tristeza. Os voy a ahorrar detalles: depresión. Y si antes estaba todo el día escuchando canciones de Pichi Pichi Pitch, dejé de hacerlo, empecé a evitarlas. Es extraño, pero básicamente pensaba, y pienso, que no me merezco escuchar sus canciones que son sinónimo de felicidad y épocas mejores (aunque ya habéis visto que de época mejor nada). Es decir, pensaba que si ese día estaba triste no podía ponerme música, especialmente esa, porque estaba triste y no feliz, porque me harían llorar al recordar el pasado donde era "más feliz", porque no me merecía escucharlas y estar más feliz porque todo era (es) una mierda y hasta que no solucione mis problemas no puedo permitirme ser feliz... Algo así, no sé muy bien cómo explicarlo, es complejo. Y a todo esto se le unía el sentimiento de nostalgia que me sigue viniendo cada vez que escucho aunque sea un poco de alguna canción o doblaje español.

Por eso empecé a subir vídeos con menos frecuencia. Sí, también era porque tenía menos tiempo con los estudios. Estaba triste como para hacer algo que me gustaba, se me iban las ganas, y eso unido a que poco a poco empecé a evitar escuchar las canciones, no podía. Por falta de ideas no es, todavía las tengo apuntadas e incluso borradores a medio hacer. Pero no podía ponerme a escuchar sus canciones o sentiría esa extraña tristeza y esa extraña sensación de que no me lo merezco. El blog sí que fue más por falta de tiempo, aunque si evitaba las canciones también acabaría evitando ver imágenes o pensar en entradas. Y el intagram, directamente me acabé aburriendo, pasé de él, me bajaron los seguidores (llegué  a tener más de 3700) y ahora ha cambiado tanto la app que me da pereza aprender ni no tengo imágenes en mi móvil que pueda subir (aunque sí subiré alguna).

Recuerdo que cuando se anunció Aqua estaba en uno de mis días malos y no pude alegrarme tanto como se hubiera alegrado mi yo adolescente (y ni falta que hacía viendo cómo ha resultado ser Aqua, la verdad). Cuando se anunció el manga en España lo vi en directo y en ese momento sí me alegré mucho, el bajón me vino horas después. Cuando tuve finalmente el manga en mis manos también estaba muy feliz, aunque no puedo decir que me haya alegrado igual con el resto de tomos. Si no estaba bien, retrasaba la lectura, llevaba el tomo al final de mi lista de pendientes, o si lo estaba leyendo en esos días directamente no lo leía. Creo que mi yo adolescente estuvo mucho más feliz leyendo el manga del tirón cuando le regalaron el inglés.

Y así sigo. Mi situación personal no es que haya mejorado y ahora tengo otra cosa a lo que agarrarme. Sigo al día con las noticias de Pichi Pichi Pitch: el nuevo merchan, los cafes temáticos, tuits de Hanamori y cada capítulo de Aqua, pero no estoy lo suficientemente bien como para tirarme horas recogiendo toda la información e imágenes y traduciéndola para luego escribir una entrada aquí. Algo haré, porque mi intención es hacer una entrada recopilatorio de todo esto, pero no puedo deciros que será pronto.

Se supone que tengo que esperar a que un día todo mejore, aunque lo dudo, y entonces pueda volver a escuchar sus canciones sin sentirme mal y verme otra vez la serie entera. Si por un casual se diera, que no creo, entonces quiero pedir  mi yo del futuro que venga a esta entrada (si blogger sigue existiendo) y me lo diga.

Y a todas las personas que estáis leyendo esto, gracias por llegar aquí (que me he pasado mucho escribiendo y encima ha sido en un solo día). Mis cuentas de Pichi Pichi Pitch no van a quedar inactivas, tranquiles, seguiré haciendo contenido cuando pueda.

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